Desmontando mitos en torno al vino

El vino, como bebida casi espiritual, ha sido objeto de numerosos mitos, debates y todo tipo de leyendas a lo largo de los años e incluso de los siglos. Una de las creencias más extendidas sin duda alguna es la vinculación del vino, tomado con moderación, con numerosos beneficios para el cuerpo humano tras su ingesta o, dicho de otro modo, el tradicional dos copas de vino al día son muy beneficiosas para la salud. En esta creencia; sin embargo, hay mucho de verdad y así lo continúan demostrando los expertos cada año y es que algunos de los compuestos que conforman el vino presentan propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, entre otras.

Por supuesto, en la era de Internet y las redes sociales, como no podría ser de otro modo, los mitos y los debates en torno al vino han ido volviéndose cada vez más y más curiosos. En este artículo recopilamos los mayores mitos en torno al vino que circulan por la red para encontrar sus matices, pero, sobre todo, sus verdades.

 

1. Ante la duda, el vino extranjero o el más caro es el mejor… O no

El vino es un componente fundamental en la dieta mediterránea y, ante eso, España tiene mucho que decir. Si bien muchas regiones  de diferentes partes del mundo gozan de una más que merecida fama, la producción vinícola nacional nada tiene que envidiarles. De hecho, muchos vinos españoles se encuentran entre los mejores del mundo. Nuestra recomendación pasa por la apuesta por los sabores locales; la elección del vino puede ser un gran momento para descubrir los aromas y sabores de nuestra tierra, así como apoyar la producción y la denominación de origen de la zona. Por supuesto, el precio tampoco es siempre el indicador más fiable, ante la duda, consultar en el restaurante acerca de la mejor opción suele resultar bastante más certero, ¡confía en su criterio!

 

2. El vino, ¿mejor a temperatura ambiente y de consumo rápido?

La temperatura, tanto en la conservación como a la hora de servir un vino es uno de los factores más decisivos para mantener intactos su sabor y matices. El hecho de que el vino debe servirse a temperatura ambiente es, cuanto menos, un mito y, en ciudades tan calurosas como Sevilla… Un error imperdonable. Cada tipo de vino mantiene una temperatura ideal de consumo, por lo que deberemos consultar cual es la adecuada en cada caso y, una vez abierto, garantizar igualmente su conservación ambiental para alargar su vida lo máximo posible; si bien siempre es recomendable consumir la botella abierta en los días próximos tras su apertura.

Aquí te dejamos algunas indicaciones de temperatura para disfrutar al máximo de todas nuestras referencias:

  • Colonias de Galeón tinto: Conservar en nevera, sacar una hora antes de consumir, servir y dejar
  • Colonias de Galeón blanco: Conservar en nevera, servir directamente y dejar
  • Soplagaitas: Conservar en nevera, servir directamente y colocar en cubitera
  • Pinchaperas: Conservar en nevera, servir directamente y dejar
  • Cantueso: Colocar en cubitera y servir directamente
  • Colonias 40: Colocar en cubitera y servir directamente

3. Sobre maridaje casi todo está escrito

Posiblemente hayamos escuchado hasta la saciedad eso de que los vinos tintos acompañan a las carnes y los vinos blancos a los pescados; esto es posiblemente lo primero que se aprende en relación al vino. Sin embargo, esta idea dista mucho de ser cierta y es que, en realidad, para asegurar un maridaje perfecto debemos personalizar la elección del vino en cada ocasión. Sin ir más lejos, un buen maridaje es aquel que tiene en cuenta factores como la intensidad del sabor, la cocción y/o el tipo de preparación de los alimentos y, por supuesto, las preferencias de los comensales.

No obstante, una norma general que nos puede guiar en el proceso es que para platos de sabor fuerte, la mejor elección son los vinos con cuerpo; para los platos más ligeros lo ideal será un vino más suave, independientemente de si es blanco o tinto.

 

 4. ¿Decantamos o bebemos directamente?

La decantación del vino es un proceso que esconde principalmente dos razones, en los vinos tintos añejos se utiliza para separar los posos formados por el paso de los años del caldo en sí. En contrapartida, en los vinos más jóvenes se opta por la decantación para oxigenar y desarrollarse debido a su alto contenido en taninos. Muchos consumidores suelen preferir que el vino respire o se oxigene directamente en la botella; no obstante, es necesario tener en cuenta que la boca de la botella no es lo suficientemente amplia como para permitir que el caldo entre holgadamente en contacto con el aire, por lo que decantarlo puede ser una buena solución y más en casos como los citados anteriormente.